Opinión

La movilización de las finanzas privadas como aporte al desarrollo

En un entorno de avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los bancos multilaterales de desarrollo ayudan a mitigar el riesgo y allanan el camino para que otros inversionistas ingresen a nuevos mercados. Por Alessandro Maffioli/Giulia Lotti/Jozef Henriquez No es ningún secreto que el mundo se está poniendo al día cuando se trata de financiar los […]

Por Allan Brito
La movilización de las finanzas privadas como aporte al desarrollo
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En un entorno de avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los bancos multilaterales de desarrollo ayudan a mitigar el riesgo y allanan el camino para que otros inversionistas ingresen a nuevos mercados.
Por Alessandro Maffioli/Giulia Lotti/Jozef Henriquez

No es ningún secreto que el mundo se está poniendo al día cuando se trata de financiar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Un nuevo informe de la ONU advierte de la necesidad apremiante de renovar el sistema financiero global para alcanzar los ODS. A nivel mundial, se necesitan entre 5 y 7 billones de dólares anuales para alcanzar estos ambiciosos objetivos para 2030. El ODS 17 incorpora la meta de “movilizar recursos financieros adicionales de múltiples fuentes para países en desarrollo”. Sin embargo, bajo los niveles actuales de inversión pública y privada, el estimado del monto que no se consigue movilizar en países en desarrollo alcanza los US$2,5 billones al año.

¿Cómo podemos llenar este vacío de financiamiento? Mucho se ha dicho sobre la necesidad de que el sector privado enfrente este inmenso desafío. Después de todo, con un estimado de US$79 billones solo en activos globales bajo administración, por ejemplo, no hay escasez de capital privado. El desafío radica en conectar las expectativas de riesgo y rendimiento de los inversionistas privados con oportunidades de inversión en sectores como la infraestructura en mercados en desarrollo, lo cual no es poca cosa.

Mitigar el riesgo, allanar el camino

Aquí es donde entran en juego los bancos multilaterales de desarrollo (BMD), que ayudan a mitigar el riesgo y allanan el camino para que otros inversionistas ingresen a nuevos mercados. Pero ¿qué tan exitosos han sido en este sentido? ¿Están los BMD en condiciones de movilizar más inversiones privadas para cumplir con los ODS?

Creemos que la respuesta es afirmativa. Un estudio reciente desarrollado conjuntamente por economistas del Grupo BID y el Fondo Monetario Internacional estima los efectos de la movilización de los BMD. En otras palabras, cuando los BMD prestan a un prestatario privado en un país o sector determinado, ¿continúa respondiendo la inversión privada a las señales del mercado, ya sea directamente en el mismo acuerdo o de forma indirecta?

Para responder a esta pregunta, el estudio utilizó datos a nivel de préstamo sobre préstamos sindicados (préstamos proporcionados por un grupo de prestamistas que comparten riesgos al juntar capital) otorgados a una muestra de más de 100 países en desarrollo desde 1993 hasta 2017. La muestra abarca nueve sectores, con la mayoría de los préstamos destinados a financiamiento, infraestructura y manufactura. Este enfoque permitió identificar nuevos préstamos en un determinado país y sector después de que un BMD ya había otorgado cofinanciamiento en un préstamo sindicado en el mismo país y sector.

Los resultados indican que el número de préstamos, el monto de los préstamos sindicados, el número promedio de bancos prestamistas por préstamo y el vencimiento promedio de los préstamos aumentan luego de la presencia de un préstamo sindicado con participación de los BMD en una combinación dada de país, sector y año.

Los efectos promedio también son económicamente considerables y duran al menos hasta tres años. Por ejemplo, tener al menos un préstamo sindicado respaldado por al menos un BMD está asociado con un aumento acumulativo de préstamos sindicados que asciende al 0,16% del PIB en un período de tres años. En otras palabras, los acreedores privados otorgaban más y mayores préstamos en los países en desarrollo, y el tamaño promedio de sus préstamos sindicados aumentó 1,5 veces después de la participación de los BMD en una sindicación.

Lo que confirman los estudios

Para abordar las inquietudes sobre otros factores que podrían afectar los resultados, el estudio incluye una serie de pruebas para verificar la veracidad de los hallazgos. Por ejemplo, no se encontró evidencia de efectos de anticipación que causen que los BMD ingresen a mercados que ya estaban recibiendo más y mayores préstamos sindicados. Y se confirmó que los efectos de movilización observados fueron impulsados por los BMD y no por otros actores en el espacio de préstamos sindicados, como los grandes bancos mundiales, los préstamos chinos o los flujos de cooperación internacional para el desarrollo.

En general, si bien estos resultados confirman que los BMD han desempeñado un papel clave en la movilización de la inversión privada, se puede hacer mucho más para mejorar sus capacidades catalíticas. A medida que los bancos comerciales internacionales continúan racionalizando su uso del capital en los países en desarrollo como resultado de regulaciones más estrictas, el enfoque se está moviendo hacia la movilización de fondos de los inversionistas institucionales. Aunque estos inversionistas a menudo buscan una mayor participación en el riesgo de los BMD o las fuentes de financiamiento mixto. Por lo tanto, tal vez los BMD deberían comenzar a asumir más riesgos de lo que normalmente lo hacen para atraer más inversionistas institucionales.

También se están realizando esfuerzos continuos en los BMD para diseñar e implementar nuevas herramientas financieras y no financieras capaces de canalizar más financiamiento privado hacia el desarrollo, como productos de bonos, vehículos de inversión especializados y productos de protección de crédito no financiados.

Seguramente, cuando se inicien las Reuniones de Primavera del Grupo del Banco Mundial y el FMI la próxima semana, será prioritario mejorar los enfoques de movilización para enfrentar el desafío de financiamiento de los ODS.■

Sobre los autores: 

Alessandro Maffioli

Alessandro Maffioli es Jefe de la División Efectividad en el Desarrollo de BID Invest. Durante sus 12 años de experiencia en el Grupo BID, Alessandro ha coordinado diversos proyectos de evaluación de impacto para el desarrollo agrícola, tecnología e innovación, pequeñas y medianas empresas, y acceso al crédito. Previamente, trabajó durante cinco años en el Centro de Estudios Latinoamericanos y Economías de Transición de la Universidad de Bocconi, donde se especializó en economía de la innovación y economía regional. Alessandro es Doctor en Economía de Producción y Desarrollo de la Universidad de Insubria, en Italia.
Giulia Lotti
Giulia Lotti es economista en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) e investigadora asociada en el Centre for Competitive Advantage in the Global Economy (CAGE). Su investigación se centra actualmente en el papel de los flujos netos de los bancos multilaterales de desarrollo, en particular sus efectos de movilización o su papel anticíclico. Anteriormente, trabajó en los mercados laborales de la región andina para el BID y fue consultora del Banco Mundial. Sus intereses de investigación incluyen microeconomía aplicada, economía laboral y finanzas internacionales. Giulia tiene un doctorado en economía de la Universidad de Warwick y una maestría en ciencias económicas de la University College London (UCL).
 
Jozef Henriquez
Jozef Henriquez es el jefe del equipo de Movilización de Recursos de BID Invest. Originario de Curazao, Jozef es experto en la distribución de operaciones financieras complejas de proyectos, estructuradas y corporativas. Lideró el desarrollo del producto de bonos B y la estructuración del Fondo de Financiamiento Conjunto de China; ambos representan nuevas formas de movilizar fondos de inversiones institucionales. Jozef cuenta con una experiencia sólida en operaciones en segmentos corporativos, de infraestructura y de intermedios financieros en América Latina y el Caribe. Antes de ser parte de BID Invest, había sido director de ABN AMRO Bank N. V., donde fue responsable del patrocinio y la distribución de préstamos sindicados en los sectores de apalancamiento financiero y energía integrada en todo el continente americano. Es licenciado en administración de empresas por la Universidad de Notre Dame e hizo una maestría en gestión en la Kellogg School of Management de la Northwestern University.

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