Un grupo de científicos, entre ellos Julia Rubione estaba investigando los niveles de una proteína en muestras de personas viviendo con el virus VIH.
Los científicos esperaban encontrar notables diferencias entre las personas según el estadio de la infección y si estaban o no en tratamiento, reportó Yahoo.
Pero la hipótesis de los científicos no se validó: los niveles de la proteína estaban aumentados más allá de las diferencias entre las personas estudiadas.
Había que salir a buscar un por qué y la respuesta llevó a descubrir un circuito regulatorio que hace que el virus VIH se pueda mantener latente en reservorios dentro del cuerpo humano, que son una de las principales barreras para erradicar la infección.
“Fue una investigación circular por las idas y las vueltas de los sorprendentes resultados”, dijo Rubione para referirse al proceso por el cual se llegó a describir un circuito regulatorio que promueve la reversión de la latencia del virus en células infectadas. El trabajo se publicó en la revista especializada mBio de la Sociedad Estadounidense de Microbiología.
Se trató de un estudio de científicos que forma parte de la tesis doctoral de Rubione como becaria del Conicet y en el que participaron investigadores de Argentina, Chile y Australia. Aporta un hallazgo clave para el gran desafío pendiente que tiene hoy la humanidad: la erradicación del VIH.
Estudios científicos contra el VIH
Desde 1996 en adelante, las personas con VIH se beneficiaron con el desarrollo y el acceso a la terapia antirretroviral, que ha permitido reducir drásticamente la morbilidad y la mortalidad. Sin embargo, el tratamiento antirretroviral no erradica el virus del organismo.
El virus puede persistir en glóbulos blancos del sistema inmune, que son las células T CD4 como principal reservorio viral. En laboratorios de diferentes países hoy se están explorando caminos para desarrollar intervenciones contra esos reservorios virales.
El trabajo de Rubione con la coordinación de Matías Ostrowski, del Instituto de Investigaciones Biomédicas y Retrovirus (INBIRS), de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y el Conicet, y Gabriel Rabinovich, del Instituto de Biología y Medicina Experimental del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, aportó nuevos conocimientos para entender mejor la persistencia y la dinámica del reservorio viral.
Y abrió una posibilidad de que se pasen a evaluar fármacos dirigidos hacia la proteína, llamada galectina 1, que Rubione y los colaboradores encontraron en niveles aumentados tanto en personas con acceso al tratamiento o sin medicación.
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