Exilda Arjona Palmer: Ladrones de felicidad, cómo luchar contra ellos

Los gurús de la vida aseguran que muchas veces estamos rodeados de ladrones de felicidad y de energía. Están ahí agazapados, acechando el momento de aguarnos la fiesta y de acabar con nuestra energía.

Por Exilda Arjona Palmer

Desenmascararlos a veces es difícil porque se esconden detrás de un rostro bonachón y una sonrisa fácil. En ocasiones nosotros somos nuestros propios ladrones de felicidad y no tiene que ver con una tercera persona.

Pero también pueden ser aspectos externos e internos.

He aquí algunas señales nocivas que te advierten de esta situación:

Las personas tóxicas. No son un mito, existen realmente, son las que, aunque tú quieras ver el cielo azul y claro insisten en ponerle nubarrones bien oscuros a tu felicidad. Lo primero es que sepas quiénes son, que los identifiques y de ahí traces una línea divisoria entre tú y esas personas.
No decir NO. Muchas veces las mujeres no sabemos decir NO, queremos quedar bien con todo el mundo, complacer en lo más mínimo. Habla de forma clara y sin miedo de lo que quieres o no hacer, esto de ninguna manera te va a convertir en la mala de la película. Decir un No de vez en vez es muy necesario en esta vida.
No darte el permiso de parar un momento. Poner un stop en la vida nunca está de más, detenernos, tomar un respiro y ver por el camino que vamos y si realmente es el correcto, si es el que nos merecemos.
No cuidarnos. Tenemos obligatoriamente que cuidarnos para poder seguir la vida. De vez en vez debemos darnos algún capricho, consentirnos, querernos. Debemos empezar por nosotras, por respetarnos nosotras y enseñar a los demás mirarnos con respeto.
Vivir sin metas y objetivos. Siempre hay que tener algunas metas, las que tú sepas que están a tu alcance, metas precisas, no ilusorias porque si no las logras entonces te vas a frustrar mucho.

Quizás cuando la comportas con tus amigas te apoyen o no, pero esa es tu vida, es tu decisión.

No saber desprendernos de lo que nos molesta, de lo que estorba. Y aquí me refiero a cosas materiales, acumular cosas no es sinónimo de felicidad y menos si no te aportan nada en tu vida. Consejo sano: limpia tu espacio exterior y limpiarás también tu espacio interior.
Y, por último, resistirte al cambio. Muchas veces hay que cambiar las cosas por lo sano, de un solo corte, sin medias tintas y así duele menos. No tengas miedo y si tienes que cambiar algo hazlo y no pienses mucho.