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Investigadores analizan el origen del SARS-CoV-2 y otros coronavirus

Reconocidos investigadores están analizando el origen del SARS-CoV-2 y otros coronavirus. Se sabe que la infección por coronavirus (CoVs) en animales y humanos no es nueva. De hecho, los primeros artículos en la literatura científica sobre la infección por coronavirus datan de 1966. Sin embargo, antes del SARS-CoV, el MERS-CoV y el SARS-CoV-2, se había […]

Por Allan Brito
Investigadores analizan el origen del SARS-CoV-2 y otros coronavirus
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Reconocidos investigadores están analizando el origen del SARS-CoV-2 y otros coronavirus. Se sabe que la infección por coronavirus (CoVs) en animales y humanos no es nueva.

De hecho, los primeros artículos en la literatura científica sobre la infección por coronavirus datan de 1966.

Sin embargo, antes del SARS-CoV, el MERS-CoV y el SARS-CoV-2, se había prestado muy poca atención a los coronavirus.

De repente, los coronavirus cambiaron todo lo que sabemos sobre la salud personal y pública, y el bienestar social y económico.

El cambio dio lugar a análisis apresurados para comprender los orígenes de los coronavirus en los seres humanos.

Este apuro ha llevado a una búsqueda hasta ahora infructuosa de huéspedes intermedios (por ejemplo, la civeta en el SARS-CoV y el pangolín en el SARS-CoV-2) en lugar de centrarse en el trabajo importante, que siempre ha sido la vigilancia de los virus similares al SARS en los murciélagos.

Para aclarar los orígenes de las infecciones por coronavirus en los seres humanos, los investigadores del Centro de Investigación Bioinformática (BRC) de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte (UNC Charlotte) realizaron los mayores y más completos análisis evolutivos realizados hasta la fecha.

El equipo de la UNC Charlotte analizó más de 2.000 genomas de diversos coronavirus que infectan a seres humanos u otros animales.

“Queríamos realizar análisis evolutivos basados en los estándares más rigurosos del campo”, dijo Denis Jacob Machado, primer autor del trabajo.

“Hemos visto análisis apresurados que tenían diferentes problemas. Por ejemplo, muchos análisis tenían un mal muestreo de la diversidad viral o hacían excesivo hincapié en la similitud general en lugar de en las características compartidas debido a la historia evolutiva común”, indicó.

Agregó que “para nosotros era muy importante evitar esos errores para producir una hipótesis evolutiva sólida que pudiera ofrecer información fiable para futuras investigaciones.”

Las principales conclusiones del estudio son

1) Los murciélagos han sido huéspedes ancestrales de los coronavirus humanos en el caso del SARS-CoV y del SARS-CoV-2. Los murciélagos también fueron los huéspedes ancestrales de las infecciones por MERS-CoV en camellos dromedarios que se propagaron rápidamente a los humanos.

2) La transmisión del MERS-CoV entre los camellos y sus pastores evolucionó después de la transmisión de los murciélagos a estos huéspedes. Del mismo modo, hubo transmisión del SARS-CoV después de la transmisión de los murciélagos a los humanos entre los vendedores humanos y sus civetas.

Estos hechos son similares a la transmisión del SARS-CoV-2 por parte de los peleteros a sus visones.

El análisis evolutivo de este estudio ayuda a dilucidar que estos eventos se produjeron después de la infección humana original a partir de linajes de coronavirus alojados en murciélagos. Por lo tanto, estas transmisiones secundarias a la civeta o al visón no desempeñaron un papel en la aparición fundamental de los coronavirus humanos.

3) El estudio corrobora los orígenes de hospedaje animal de otros coronavirus humanos, como el HCoV-NL63 (de hospedaje de murciélagos), el HCoV-229E (de hospedaje de camellos), el HCoV-HKU1 (de hospedaje de roedores) y el HCoV-OC43 y el HECV-4408 (de hospedaje de vacas).

4) La transmisión de coronavirus de animales a humanos se produce de forma episódica. Desde 1966 hasta 2020, la comunidad científica ha descrito ocho linajes de coronavirus alojados en humanos. Aunque es difícil predecir cuándo podría surgir un nuevo coronavirus alojado en humanos, los datos indican que debemos prepararnos para esa posibilidad.

“Dado que la transmisión de coronavirus de animales a humanos se produce de forma episódica a intervalos imprevisibles, no es prudente tratar de determinar cuándo aparecerá el próximo coronavirus humano”, señaló el profesor Daniel A. Janies, catedrático distinguido de bioinformática y genómica Carol Grotnes Belk y jefe del equipo del estudio. “Debemos investigar los virus que pueden transferirse de los animales a los humanos de forma continua y no como reacción”.

Fuente: Phys

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