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MAP: El infame movimiento que pretende que la pedofilia sea legal

“Puedes tener 40 años y enamorarte de una niña de 12 añitos, mientras no cometas delitos, puedes estar en completa libertad y expresarte como dicte tu corazón”, es parte del discurso de los simpatizantes del MAP: Minor-attracted person (persona que se siente atraída por menores), reportó una nota de El Mostrador. Por redacción MiamiDiario Y es […]

Por Allan Brito
MAP: El infame movimiento que pretende que la pedofilia sea legal
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“Puedes tener 40 años y enamorarte de una niña de 12 añitos, mientras no cometas delitos, puedes estar en completa libertad y expresarte como dicte tu corazón”, es parte del discurso de los simpatizantes del MAP: Minor-attracted person (persona que se siente atraída por menores), reportó una nota de El Mostrador.

Por redacción MiamiDiario

Y es que, durante esta emergencia sanitaria, otra verdadera pandemia que lleva años en las sombras ha comenzado a revelarse, una de las situaciones más escalofriantes que han salido a la luz pública se relaciona al explosivo aumento de la pedofilia: sitios, cuentas en redes sociales que buscan generar comunidades de “personas atraídas a menores”, incluso los nombres de celebridades, políticos e influencers fueron señalados como miembros de redes de abuso.

MAP y MOP

Este tema ha llegado al punto de buscar una normalización de este tipo de conductas y difundirse un “Movimiento de Orgullo Pedófilo”, sobre todo durante el mes de abril, específicamente el día 25 de ese mes, el cual estas personas buscaban declarar como el “Día Internacional del Orgullo Pedófilo”.

El MAP es la sigla con la cual estas personas se tratan de diferenciar de los pederastas, ya que, según su visión, la atracción hacia menores de edad es una “orientación sexual que debería ser aceptada por la sociedad”. Se dividen en dos categorías: “pro-contact” y “anti-contact”.

Tienen tres objetivos: primero ser aceptados socialmente, segundo que la Organización Mundial de la Salud remueva a la pedofilia de su lista de trastornos mentales, y finalmente que sean incluidos dentro del Movimiento LGTBQ+, movimiento que en reiteradas ocasiones ha condenado exhaustivamente los intentos del MAP por enmarcarse como una disidencia sexoafectiva.

Incluso tienen su propia bandera (la cual es prácticamente un plagio a la bandera trans). Esta se compone por usar los colores rosado, azul, blanco y amarillo: el rosado representa a las niñas, el azul a los niños, el blanco en el centro (con el fin de señalar que “esta atracción no es impura”) y el amarillo hace referencia a que son personas en desarrollo (etapas de crecimiento de las y los menores).

MAP Y MOP en redes sociales

Dentro de las páginas de Facebook, Twitter y otras redes sociales menos conocidas como Likee (una aplicación parecida a TikTok), estas personas han buscado unirse bajo la consigna “MAP” o “MOP” (Movimiento de Orgullo Pedófilo). Y usan hashtags como “maprights, mapPride, mappositivity”.

Antes de que estos sitios fueran tumbados por las denuncias públicas, alcanzamos en El Mostrador Braga, a guardar algunas de sus publicaciones, en las cuales destacan justificaciones como: “puedes tener 40 años y enamorarte de una niña de 12 añitos, mientras no cometas delitos, puedes estar en completa libertad y expresarte como dicte tu corazón”, frase proveniente de la ya eliminada página “kmyMAP”.

Otro sitio ya eliminado “lgMAP”, publicó que “MAP no promueve a los pederastas, el objetivo del movimiento es que se permitan las relaciones entre un adulto y un niño, un niño tiene la edad suficiente para amar y un adulto la responsabilidad de mantener una relación. Los Pederastas son abusadores de niños y aquí no toleramos esas cosas (…)”.

Según ellos, lo que busca MAP es que se normalice la relación entre un adulto y un infante, ya que sería “el amor desde un enfoque científico. Se trata de un complejo fenómeno en el que participan distintas áreas del cerebro y mensajes químicos. Experimentarlo impacta sobre las emociones, la conducta y los pensamientos”, declararon a través de su Facebook antes de ser tumbados por los internautas.

La mente de un pedófilo

Para comprender cómo funciona la mente de un pedófilo, consultamos sobre ello a la psicóloga infantil, Marcia Stuardo, quien explicó que “la pedofilia es un trastorno de conducta que genera altos niveles de angustia en las personas que lo presentan y que necesita tratamiento”.

Explica que actualmente el enfoque médico va dirigido a “prevenir que estas personas se hagan daño a sí mismos o a otros, como también disminuir el sufrimiento subjetivo que esto puede producir, al menos así lo plantea el Dr. Quevedo de la Universidad de Chile”.

La especialista considera que, “independiente de lo que el MAP plantee, proteger la infancia y todo lo que este periodo significa es la prioridad, proteger a los niños y niñas en todas las esferas de su desarrollo y su salud mental. Los niños están en etapa de descubrir el entorno, descubrir su mundo y a sí mismos, crecer en un entorno seguro es algo que les debemos y que tenemos que cuidar”.

Y es que una niña o niño no está en la etapa de desarrollo como persona para entablar una relación amorosa con otra, eso es algo que ni siquiera se debe cuestionar, menos si esta persona es un adulto, no existe esa clase de “preparación para amar” ni “amor desde un enfoque científico”, ni tampoco un panorama donde la pedofilia es “menos mala” que ser pederasta.

Círculo de abuso infantil

En este sentido, una joven identificada como LL, cuyo nombre nos ha pedido proteger, narró su experiencia a El Mostrador Braga, y cómo desde muy pequeña fue víctima del círculo de abuso infantil.

“Fui abusada sexualmente a los 13 años por tres personas, me desgarraron y claramente arruinaron mi vida, enfermé mentalmente y tuve periodos disociativos muy severos. Comencé la prostitución tres años después, a los 16 años. Cabe aclarar fuertemente que los hombres que compraban mis servicios sabían mi edad. (…)  fui sujeto de tráfico cuando me enviaron a El Salvador a “trabajar”, en lo que resultó ser mi segundo episodio de violación y abuso sexual”.

“Puedo decir claramente que soy una sobreviviente de esas situaciones, sin embargo, mis “clientes” me iniciaron en lo que para mí fue un impulso para mi enfermedad mental, trauma y que dificultó mi tratamiento y mi mejora a la persona que soy hoy. La cocaína.  Dejé la cocaína, sola, después de dos años muy intensos, mientras todavía era adolescente, agradezco mi fuerza y mi voluntad para abandonar esa adicción alimentada por hombres desconocidos que pagaban por una menor de edad enferma”.

Y es que una niña o niño que “entabla una relación” tenga o no abuso sexual, transforma la forma de percibirse a sí mismo, cómo construye su autoimagen y su autoconcepto, junto con la forma de relacionarse con otros, lo cual puede involucrar relaciones tóxicas y la falta de límites. “Va a ser inevitable que el niño aprenda e interiorice ciertos patrones de conducta que pueden ponerlo en riesgo cuando sea más grande, ya que aprende a relacionarse de una manera poco saludable con su entorno”, explicó la psicóloga.

Además, se da la posibilidad de que genere cierto rechazo en las relaciones con otras personas, debido a estos comportamientos inapropiados para su edad. “Aquí es importante entender que, aunque no haya abuso sexual, existen ciertos comportamientos que se pueden dar, como la restricción de libertad, los celos de parte del adulto. Lo preocupante es que el / la menor interiorizará y normalizará conductas inapropiadas que lo pueden dejar en una situación de vulnerabilidad a futuro, como conductas hipersexualizadas. Además de todas concepciones erradas que pueda tener respecto a las relaciones con otros e incluso la sexualidad”, connotó Stuardo.

Para seguir leyendo el resto de la nota puedes hacer click en este enlace

Nota de El Mostrador

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