Vuelo a Orlando al borde de la tragedia: despegó con varias ventanas rotas

Las catástrofes aéreas son episodios esporádicos, puesto que estadísticamente los aviones son un medio de transporte más seguro que muchos otros. Sin embargo, cuando ocurren son bastante aparatosas, trascienden y dejan una sensación de pánico entre algunos viajeros. Las revisiones de las naves son obligatorias para evitar un evento de este tipo y justamente, un vuelo con destino a Orlando se vio en medio de una angustiosa situación.

Un avión Airbus A321 despegó con aparente normalidad desde el aeropuerto Stansted en Londres, con nueve pasajeros y once miembros de la tripulación a bordo. Una vez que alcanzaron los 14.000 pies de altitud, el piloto tuvo que tomar la decisión de regresar, cuando comenzaron a notar que había algo fuera de lo normal.

Los viajeros indicaron que dentro del avión se sentía más frío que de costumbre. Además, el ruido era mucho más fuerte de lo habitual en el vuelo del pasado 4 de octubre. Ante la situación, los ayudantes de vuelo procedieron a revisar todas las áreas.

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Un total de cuatro cristales de las ventana del avión presentaron daños considerables. De hecho, dos de ellos faltaban por completo, según indicaron los investigadores de accidentes aéreos de Reino Unido.

¿Cómo perdió las ventanas?

El vuelo que se dirigía al Aeropuerto Internacional de Orlando en Florida dio la vuelta para regresar a su punto de partida. Afortunadamente, logró aterrizar sin problemas en el puerto de Londres y desde entonces comenzó la investigación.

La División de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB) de Reino Unido, emitió un boletín un mes después del incidente. En el documento destacaron que las ventanas del avión se vieron afectadas por luces de alta potencia utilizadas durante un evento de filmación el día anterior.

A pesar de esto, nadie se había percatado del daño hasta después del despegue. Este evento pudo tener “consecuencias más graves”, según el informe. Los especialistas aseguraron que la integridad de la ventana se pudo haber perdido por una presión diferencial más alta.

El reporte detalló que fue el jefe de carga quien decidió revisar la parte trasera del avión, ante el imponente ruido interno. Allí detectó una ventana del lado izquierdo, con un sello que aleteaba con la corriente de aire.

Más allá de esto, el avión no mostraba indicios anormales, pero la tripulación decidió detener el ascenso del avión y reducir la velocidad, mientras un ingeniero y el tercer piloto inspeccionaban la nave.

Tras la revisión la decisión era lógica: debían regresar por seguridad.

Magnitud de los daños y manejo de crisis

La tripulación instruyó a los pasajeros a permanecer sentados y con el cinturón de seguridad abrochado. Adicionalmente les recordaron que tenían máscaras de oxígeno disponibles, en caso de que fuesen necesarias.

De acuerdo con el boletín del caso, el tiempo total de vuelo fue de 36 minutos desde el despegue hasta el aterrizaje de emergencia.

La magnitud del daño en las ventanas no se conoció en su totalidad hasta que estuvieron en tierra y las personas fuesen desalojadas de la nave. Fue entonces cuando descubrieron que faltaban dos cristales en las ventanas de la cabina y una tercera pieza se había soltado.

Adicionalmente los inspectores hallaron un panel exterior roto y una cuarta ventana que sobresalía en el área del fuselaje.

Las autoridades evalúan si los cristales sufrieron daños térmicos o de distorsión, por un aumento de temperatura. La nave había sido utilizada el día anterior para un rodaje, por un lapso entre cuatro y cinco horas.

La investigación sobre este caso sigue abierta y los involucrados buscan comprender por completo lo ocurrido, para establecer medidas de prevención en el futuro.