En un intento por aligerar la pesadumbre de la despedida de un ser querido, un atípico empresario de Auckland, Nueva Zelanda, fabrica coloridos ataúdes personalizados con forma de camión de bomberos, tableta de chocolate o de bloques de Lego
Así lo indicó Associated Press en una nota informativa.
A Ross Hall se le ocurrió la idea hace unos 15 años, cuando preparaba su testamento y ello le hizo reflexionar sobre su propia muerte.
Entonces decidió que le gustaría ser enterrado en un ataúd rojo decorado con llamas para, de esa forma, contrarrestar el ambiente fúnebre del sepelio.
Seis meses después, propuso su revolucionaria idea a distintas funerarias, que, en un primer momento, acogieron su idea con frialdad. Sin embargo, la idea acabó materializándose con el paso del tiempo.
A man in New Zealand has gone viral for making…. crazy colored custom coffins!
Um… thoughts?!?! – @HunterAtHome https://t.co/14qeq93Ugw
— SONiC 102.9 (@sonic1029) April 17, 2021
Una vez compone los ataúdes con tableros de fibra y de madera contrachapada, Hall recurre a una impresora digital de látex para elaborar los diseños según el deseo expreso de los clientes
El empresario ha diseñado ataúdes cubiertos con joyas o con ilustraciones de playas de los destinos vacacionales predilectos de los fallecidos.
A Hall incluso le encargaron uno con forma de cofrecillo inspirado en la película ‘Matrix’. El más complicado fue un ataúd-velero con quilla, cabina, timón, velas e incluso barandillas metálicas y poleas.
“Es una celebración de la vida más que un luto por la muerte”, resalta el empresario, cuyas creaciones oscilan entre los 2.100 y los 5.400 dólares.
Mourners at #NewZealand #funerals crack up over customised colourful #coffins in the shape of a giant cream #donut, #sailboat, #firetruck, #chocolate bar, #Lego blocks, #casket inspired by 'The Matrix' or depicting #beaches and #holiday spots@htTweets https://t.co/5FK31gOgvf
— HT Life&Style (@htlifeandstyle) April 15, 2021
El féretro ‘más dulce’ para su primo
Uno de los últimos ataúdes que hizo Hall fue para su primo Phil McLean, que falleció el pasado febrero por un cáncer de intestino.
Como le encantaban las donas, se le ocurrió la idea de hacerse un féretro en forma de dona de crema. De esa forma, logró lo que quería: que su funeral estuviera marcado por risas que aliviaron el ánimo de los dolientes.
“Eclipsó la tristeza y los momentos difíciles de las últimas semanas. El último recuerdo en mente de todos fue esa dona y el sentido del humor de Phil”, explicó su viuda Debra.
A diferencia de otros féretros biodegradables, el ataúd-dona contenía poliestireno y espuma moldeable, por lo que el primo de Hall fue cremado en un ataúd liso.
Respecto a su propio funeral, parece que ahora ha cambiado de de idea y quiere ser enterrado en un ataúd transparente decorado únicamente con un tanga estampado de piel de leopardo.
Fuente: ElImparcial
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