Curiosidades

Estafan dos veces a empresario de Florida con cargamento de chocolates Kit Kat valuado en $110.000

Hasta el momento no se tiene rastro de ninguno de los dos ladrones.

Por Angel David Quintero
Estafan dos veces a empresario de Florida con cargamento de chocolates Kit Kat valuado en $110.000
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Cuando se habla de grandes robos millonarios es fácil pensar en botines con joyas, dinero e incluso sustancias estupefacientes, valuadas en miles de dólares. Sin embargo, hay un caso de hurto de chocolates Kit Kat que tiene realmente indignadas a las autoridades de Estados Unidos.

Todo comenzó cuando Danny Taing, el fundador de Bokksu, empresa que vende bocadillos japoneses en Nueva York, importó un cargamento de Kit Kat valuado en $110.000 desde el país asiático, con el que esperaba obtener ganancias de $250.000.

Después de que la mercancía llegó a California, la enviaron temporalmente a un almacén local. El siguiente paso sería contratar una compañía que la trasladara hasta Nueva Jersey, para su venta. Para esta tarea, convino con el empresario de Florida, Shane Black, quien dirige una firma de corretaje llamada Freight Rate Central. El objetivo de este hombre es establecer acuerdos con camioneros y coordinar con diferentes negocios el transporte de mercancías de todo tipo.

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Por este trabajo le pagarían $13.000. Black colocó el anuncio en una web especializada solicitando un conductor de camiones. Poco después lo contactó un hombre llamado Tristan, quien dijo que trabajaba para la reconocida empresa de camioneros HCH Trucking. A pesar de que su correo era Gmail y no institucional, como es costumbre, Black no hizo caso de ese detalle y lo contrató.

Bokksu es una empresa líder de dulces japoneses en New Jersey. Foto: Bokksu

El 9 de agosto Tristán, ya con la mitad de la mercancía en su poder, le dijo a Black que ya estaba en camino hacia su destino. Además, le comentó que “mañana, 10 de agosto”, recogerían la segunda parte de los Kit Kat, según dio a conocer el medio New York Times.

Sin embargo, pasaron los días y los chocolates no llegaron a Nueva Jersey. Black estaba preocupado porque el producto se podía derretir y dañar si el camión perdía la refrigeración.

Tristan le comentó que estaba en Washington, Pensilvania y que el camión había tenido una avería. No obstante, indicó que los chocolates estaban refrigerados. Además, le hizo una advertencia: “Si no se arregla hoy, tendremos que regresar al punto de partida y descargarlos allí”.

Esto encendió las alarmas en Black. ¿Por qué pensaban en regresarse 3862 kilómetros, cuando tenían Nueva Jersey a 640 kilómetros?. En ese momento, decidió comunicarse por primera vez con HCH Trucking, quienes le aseguraron que con ellos no trabajaba ningún Tristan.

Shane Black desde su oficina. Foto: The New York Times

El arrepentimiento del estafador

Al verse descubierto, Tristan lo dijo todo. “Es hora de confesar. En realidad soy un estafador y el dueño de HCH no tiene nada que ver con esto”, comentó.

En ese entonces, un desesperado Black le suplicó que le devolviera las cargas. Durante esa conversación le dijo al estafador que su empresa solo era llevada por él y que si no recuperaba la carga, tendría que responder por todo.

Al parecer, esto conmovió al estafador, quien le dijo la ubicación de los dos almacenes en los que había depositado los chocolates en Los Ángeles.

“Estamos tratando de hacer dinero, señor, le dije que somos estafadores, realmente siento no haber conocido su historia, y espero que el cargamento llegue a N.J.”, fue lo último que le dijo el estafador arrepentido a través de un correo.

Black no podía creer la suerte que tuvo para recuperar los chocolates. Además, no le pagó a Tristan, debido a que su sueldo se lo pagaría una vez que la mercancía llegara hasta su destino.

Ambos estafadores suplantaron la identidad de otras personas. Foto: Freepik

Segunda estafa

Los chocolates estaban repartidos en dos almacenes diferentes, el Inland Empire Cold Storage y el Anytime Crossdock. Black se puso en contacto con los dueños de este segundo almacén, el cual le solicitó $3830 por los gastos de guardar el cargamento por dos semanas. El empresario de Florida pagó $2.000 de su propio bolsillo para sacar los Kit Kat del lugar y se comprometió a pagar el resto más tarde.

Posteriormente, volvió a colocar un anuncio de que necesitaba con urgencia a un conductor de camión. Esta vez contrató a un hombre llamado Manny quien dijo trabajar para la empresa MVK Transport Inc. Este camionero recogió la parte del cargamento que estaba en Anytime Crossdock y se puso manos a la obra.

Sin embargo, a los días Black perdió comunicación con él. No le respondía sus mensajes, correo electrónico o llamadas.

“¿Cómo vas a ganar dinero con esto? ¿Vas a vender Kit Kat en las esquinas?”, le escribió a Manny al darse cuenta de que lo habían estafado por segunda vez. A diferencia del primer estafador, Manny no fue tan honesto y hasta el momento no se sabe el paradero de los chocolates. Lo único que se sabe de esta persona es que robó la identidad de otro hombre para cometer sus fechorías con documentación falsa.

Hasta el momento no hay ningún rastro sobre el primer cargamento. Foto: Japonismo / Luis Rodríguez

Inland Cold Empire Storage  se niega a entregar la segunda parte del cargamento

La esperanza de Black era que la segunda parte del cargamento aún estaba en el almacén de Inland Cold Empire Storage. No obstante, su suerte no fue sino de mal en peor.

Al intentar reclamar los chocolates, el almacén le dijo que no podía entregárselos. Según ellos, habían firmado un contrato a nombre de Harry Centa. Black replicó que ese era un nombre falso y que el dueño real de los chocolates era Bokksu.

“Sin prueba de que usted sea el verdadero propietario y sin el pago del almacenamiento, no podemos liberar la carga”, respondió la empresa.

Su siguiente paso fue dirigirse hasta Bokksu en Nueva Jersey, para solicitarles algún documento que pudiera demostrar que eran los propietarios de los chocolates. No obstante, al ver todo lo que había ocurrido, la empresa vendedora de golosinas despidió a Black, sin pagarle sus honorarios.

Taing solicitó al seguro que le reembolse el dinero por la pérdida del cargamento. Foto: Sun Sentinel

Bokksu presentó una denuncia ante la oficina del alguacil del condado de Los Ángeles para cobrar el seguro por el cargamento extraviado. Además, consideraron que no era seguro vender la mitad del cargamento que estaba en el almacén, por seguridad de los clientes, debido a todas las irregularidades que ocurrieron.

Mientras que la primera mitad del cargamento de Kit Kat desapareció, la segunda mitad sigue almacenada en Inland Cold Empire Storage. Los dueños de este lugar señalaron que no tienen problemas con entregarlo a quien demuestre ser el dueño, aunque no detallaron durante cuánto tiempo están dispuestos a guardarlos en sus refrigeradores en caso de que nadie los reclame, como todo parece indicar que pasara.

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