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Seis arrestos en dos meses: Indignante caso de un migrante en Nueva York

Desde pequeños hurtos hasta agresiones a oficiales policiales figuran en su historial delictivo.

Por Angel David Quintero
Seis arrestos en dos meses: Indignante caso de un migrante en Nueva York
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Desde hace varios años, Nueva York está viviendo una severa crisis de migrantes. Aunque la mayoría llega al estado con la intención de encontrar un trabajo decente y conseguir una mejor vida para ellos y sus familiares, unos pocos se han dedicado a cometer actividades delictivas.

En este último grupo, hay un nombre que está dando de qué hablar en la Gran Manzana y no precisamente por una buena conducta. Se trata de Daniel Hernández Martínez, un venezolano de 29 años que ha pasado seis veces por prisión en tan solo dos meses.

Al igual que muchos extranjeros, llegó a Estados Unidos para vivir el sueño americano, pero a diferencia de muchos, lleva un inaudito récord de fechorías por las que actualmente enfrenta 14 cargos.

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Hernández llegó a Nueva York el pasado 27 de junio y no esperó mucho para perpetrar su primer delito. Al día siguiente, ingresó a un Costco de Brooklyn donde robó varios artículos como gel de baño Dove, hojas de afeitar Gillette, zapatillas, gorras y una Nutella. La policía no tardó en detenerlo, aunque lo puso en libertad después de que admitiera todos los hechos.

Muchos residentes locales están evitando pasar por las calles cercanas a los refugios de migrantes ante la sensación de inseguridad. Foto: Viral News NYC

El 6 de julio decidió robar un kit de herramientas en un Duane Reade en Columbus Circle, Manhattan. Un día después, decidió subir el listón de sus fechorías y hurtó una bolsa de papas fritas y pasta dental en otro local de la misma cadena.

Allí, agredió a un guardia de seguridad que intentó detenerlo. En ese momento, llegó un oficial vestido de civil, que, según el reporte policial, tuvo que hacer maniobras evasivas, luego de que el migrante avanzara hacia donde se encontraba con un cuchillo en la mano. Finalmente, lograron capturarlo.

Un rosario de delitos

Días más tarde, trascendió que hubo un tercer arresto por hurto menor por el que fue arrestado pero los organismos de seguridad no revelaron mayores detalles, informó el medio Diario Libre.

Sin embargo, la carrera delictiva de este sujeto estaba lejos de terminar. Luego de su liberación, volvió a su refugio, el Row Hotel, para finales de julio. El 31 de ese mes, el periodista Jeffrey Bradac, de 52 de años, lo abordó para hacerle una entrevista.

Durante la conversación todo transcurrió con normalidad y el comunicador pudo obtener sus declaraciones. El periodista se quedó algunos minutos más documentando la zona cuando de pronto Hernández lo atacó con un neumático de bicicleta.

Bradac llamó a la policía y afirmó que en ningún momento previo tuvo algún percance con el hombre. En esta línea, afirmó que lo tomó por sorpresa que lo atacara después de su charla. Los oficiales de seguridad pudieron detenerlo una semana después de este incidente.

Momento en el que arrestan al migrante cerca de su refugio. Foto: Segovia Bastidas

Por más insólito que parezca, a pesar de tener una larga lista de cargos penales menores, la justicia decidió dejarlo en libertad nuevamente. Es así como el quinto arresto ocurrió el 21 de agosto.

El migrante venezolano, por razones desconocidas, atacó a una mujer en Midtown. No conforme con eso, la arrastró por el suelo en plena calle. Estos actos sumaron a su currículo criminal los cargos de amenazas, agresión, daño criminal y posesión de arma. En esta ocasión, las autoridades decidieron que podía quedar en libertad supervisada.

Por fin lo privaron de libertad

Después de cinco arrestos, Hernández no estaba dispuesto a detenerse. Es así como el 28 de agosto, justo dos meses después de su primer arresto, tenía otro plan en mente. El sujeto consiguió un tubo grande de metal y empezó a romper cerraduras y robar bicicletas en el Times Square.

Los organismos judiciales lo acusaron de hurto menor, daño criminal, posesión de propiedad robada y herramientas para robos. Para este delincuente, parecía un día común de visita a un centro de detención, pero de nuevo intentó superar sus repudiables actos.

Supuestamente, empezó a sentirse mal, así que solicitó atención médica y la policía lo trasladó hasta un centro de salud. Cuando un oficial se dispuso a cambiarle las esposas, le propinó dos patadas en la espalda y le pisó el pie.

Ante este ataque a la autoridad, un juez ordenó que lo privaran de libertad y lo enviaran a la cárcel de Rikers Island, mientras enfrenta los juicios por todos los cargos. Además, le fijó una fianza de $5.000.

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