La verdad sobre la higiene íntima después del sexo: ¿es bueno o malo ducharse?

El sexo, es un terreno prohibido y bastante explorado. Más allá del placer y la conexión íntima, la práctica que despierta suspiros, sonrojos y deseo en igual medida, guarda grandes secretos aún más íntimos y excitantes que desarrollan esta experiencia universal. Antiguas civilizaciones hasta estudios científicos modernos, se han llevado la fascinación y exploración del acto que cada vez revela más información relacionada con la salud humana.

Para nadie es un secreto que el sexo ofrece una serie de beneficios. Sí, has leído bien. Esta práctica es mucho más que un encuentro carnal y la medicina ha avalado su práctica porque atrae unas llamativas bondades, que no solo impactan positivamente el aspecto físico sino también el mental.

Quemar calorías, fortalecer tu sistema inmunológico y por ende las defensas del organismo, aumentar tu salud mental, emocional y bienestar con tu pareja, son uno de los grandes beneficios que tiene esta practica. El contacto físico y la intimidad que se experimental durante el acto sexual, pueden reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.

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Ahora bien, el sexo no solo son rosas y frenesí. Aunque es una actividad placentera, la mayoría de las veces no tiene nada de glamuroso. Entre la pasión del momento y la imprevisibilidad del acto es común que el sudor, la saliva y los fluidos corporales se tomen la escena. ¿Apoco no?

 

Estudios aseguran que la práctica sexual tiene similitud a la actividad física, por lo que la mayoría de las veces es usual que tras tener un encuentro íntimo con una persona, los protagonistas deseen ducharse. Algunos de los motivos, son impulsados por mitos, otros por razones de higiene y, unos cuentos más, sencillamente omiten este paso. Pero, la verdadera pregunta es… ¿Es realmente necesario bañarse justo después del sexo?

La ciencia lo explica

Leah Millheiser, obstetra, ginecóloga y asistente clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, aseguró al medio Businness Insider, que no existe ningún aval médico o científico que respalde los beneficios de bañarse justo después del sexo.

Aún así, hay personas que prefieren ducharse luego de mantener relaciones por la higiene, y si se realiza de forma correcta, no representa ningún problema para la salud.

Si formas parte de este grupo, lo más importante es mantener una higiene simple. Es decir, solo ducharse con agua. Sin embargo, si deseas añadir algún jabón, debe ser suave, que preferiblemente no altere el ph de la piel.

Para Millheiser, lo más importante es evitar el uso de jabones con perfumes y productos especiales, como aerosoles y/o cremas que alteren los genitales. Además, es importante no frotar demasiado las zonas sensibles. En el caso de las mujeres, los labios internos de la vagina y en el de los hombres, de la cabeza del pene.

“No recomiendo las duchas vaginales. Puede aumentar el riesgo de infección”, aseguró Millheiser. En este sentido, destacó que las mujeres deben evitar esta práctica, ya que alteran el equilibrio natural de la zona intima, lo que puede causar vaginosis bacteriana y acrecienta el riesgo de infecciones de transmisión sexual.

Por otra parte, los expertos recomiendan un proceso igual para los hombres. A estos aconsejan aplicar agua tibia y abstenerse de usar jabón, ya que puede lastimar o resecar la piel después de la penetración.

Hábitos sanos que deberías adoptar

Aunque la ducha después del sexo no es un paso de higiene obligatorio, sí lo es, para muchos especialistas, orinar después del acto íntimo

Ante este hábito, Millheiser, afirmó que en el caso de las mujeres, podría reducir el riesgo de infección urinaria, puesto que elimina las bacterias que se acumulan en la uretra.

“Un consejo profesional, orinar después del sexo o cualquier estimulación genital (incluso con las manos o los juguetes), es un buen consejo. El coito vaginal es uno de los muchos factores de riesgo de infecciones del tracto urinario (ITU)”, puntualiza la ginecóloga.

Los expertos en sexualidad consideran que es muy importante mantener una buena higiene, tanto antes como después de mantener relaciones sexuales. Aunque esto, no pase por darse una ducha completa de pies a cabeza justamente después de terminar, si es recomendable al menos unas horas después, limpiar bien las manos, la boca y los genitales. Esta es la forma más eficaz de prevenir cualquier infección.