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Muere Abimael Guzmán, líder del grupo guerrillero peruano Sendero Luminoso

Abimael Guzmán, el fundador y líder histórico del movimiento guerrillero peruano Sendero Luminoso, murió este sábado a los 86 años de edad en un hospital militar, informaron las autoridades de Perú. Guzmán falleció justo un día antes de cumplirse 29 años de su captura. “Falleció de una infección generalizada a las 6:40 de la mañana”, […]

Por Allan Brito
Muere Abimael Guzmán, líder del grupo guerrillero peruano Sendero Luminoso
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Abimael Guzmán, el fundador y líder histórico del movimiento guerrillero peruano Sendero Luminoso, murió este sábado a los 86 años de edad en un hospital militar, informaron las autoridades de Perú. Guzmán falleció justo un día antes de cumplirse 29 años de su captura.

“Falleció de una infección generalizada a las 6:40 de la mañana”, precisó a la agencia AP el ministro de Justicia, Aníbal Torres, cuya cartera está encargada de la agencia carcelaria de Perú.

Guzmán, un antiguo profesor de Filosofía en la Universidad San Cristóbal de Huamanga, inició en 1980 una lucha armada en Perú para tratar de conquistar el poder, provocando en su enfrentamiento con las fuerzas armadas un baño de sangre que dejó miles de muertos en el país, la mayoría indígenas de los Andes y la Amazonía.

Predicó una visión mesiánica de una utopía maoísta sin clases basada en el comunismo puro, considerándose a sí mismo la “Cuarta Espada del marxismo” después de Karl Marx, Vladimir Ilich Lenin y Mao Zedong.

Abogó por una revolución campesina en la que los rebeldes primero se hicieran con el control del campo y luego avanzaran hacia las ciudades.

A lo largo de la década de 1980, el hombre conocido por sus seguidores como ‘presidente Gonzalo’ formó una organización que llegó a tener a 10,000 combatientes armados.

Abimael Guzmán fue capturado el 12 de septiembre de 1992 por un grupo especial de inteligencia de la policía peruana apoyado por Estados Unidos, en una casa de seguridad en Lima. Desde ese entonces estuvo preso en una cárcel militar a orillas del Pacífico que se construyó para encarcelarlo y donde también están presos otros terroristas y un narcotraficante.

Un año después de su captura, cuando Guzmán pidió conversaciones de paz, la violencia armada se había cobrado decenas de miles de vidas en Perú, había desplazado al menos a 600,000 personas y había causado daños estimados en 22,000 millones de dólares.

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