Según el portal Al Navío hay tres señales que que permiten creer que pese a lo difícil, la negociación entre Guaidó y Maduro puede arribar a un acuerdo.
Por Redacción MiamiDiario
Para Al Navío ante el reencuentro de los equipos negociadores estas son las señales que permiten tener un cauto optimismo.
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La primera señal: el comunicado del gobierno de Noruega en el que se deslizó la palabra “esperanza”. Si el acuerdo entre las partes es que sólo sea la mediación la encargada de la vocería y que sea precisamente el mediador usualmente, discreto, cuidadoso, parco, quien la haya introducido permite pensar que los avances están sobre la mesa.
La segunda señal: Héctor Rodríguez, miembro del equipo negociador de Nicolás Maduro reconocía este martes que “se está avanzando” en la negociación.
Héctor Rodríguez comienza a decir que el “diálogo” debe trascender a Barbados, el diálogo debe ser una manifestación cotidiana de la sociedad, para que el país se reconozca y baje la confrontación.
Héctor Rodríguez apunta que el hecho de “estar sentados en Barbados es un
Tercera señal. Carlos Vecchio no sólo confirmó la exclusiva del diario Al Navío sobre que las negociaciones se
reanudan, sino que, además, se mostró esperanzado de que la mesa arribe a un acuerdo antes de fin de año.
El despacho es de la agencia AP. Señala que en “un discurso el martes en Washington afirmó que alberga esperanzas de que el diálogo resuelva la crisis antes de fin de año”. Lo dice Vecchio. Alto dirigente del partido Voluntad Popular, y el embajador de mayor peso del gobierno de Guaidó, que ejerce funciones como tal, en el país donde se debaten “todas las opciones” para echar a Maduro del poder.
Este espíritu del discurso de Vecchio, en nada contradice a Noruega que impuso una mesa de negociación permanente y “expedita”. Es expedito que haya acuerdo antes de fin de año.
Al Navío supo de buena fuente que a raíz de las más recientes sanciones de Estados Unidos contra los hijastros de Maduro -hijos de Cilia Flores, su esposa-, y contra el boliburgués Alex Saab -de extrema confianza de Maduro y Flores-, sus socios, hijo y empresas, el régimen de Maduro dudó en volver a la mesa de la negociación.
Lo que importa es que las partes, por mayores presiones que reciban, por mayores que sean las exigencias de los extremos, no han podido romper, no pueden romper (no los dejan romper) y siguen allí, buscando el acuerdo.
Si a lo anterior sumamos la presión que están ejerciendo las potencias y los actores clave de la escena internacional –Rusia, China, la Unión Europea, el Vaticano, Canadá, inclusive los Estados Unidos y Cuba– para que la negociación no sea inútil, es posible pensar que se está en un camino en el que el acuerdo no es imposible.
“Eso sí, hay que prepararse. Y tomar en cuenta estas palabras de Héctor Rodríguez en Unión Radio: “El resultado que salga de esa mesa va a requerir un espíritu nacional”, concluye Al Navío.
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