Refugiados venezolanos en Cúcuta reciben almuerzo de manos de la hija de JF Kennedy

Caroline Kennedy, la única heredera del difunto presidente de Estados Unidos, John Kennedy es una de las embajadoras de buena voluntad del Comité Internacional de Rescate (IRC) y el mismo día en que aterrizó en el aeropuerto de Camilo Daza, ubicado en la ciudad de Cúcuta, llegó a Colombia ganada a trabajar y así lo hizo desde el primer momento cuando experimentó de primera mano los problemas de los 1,000 venezolanos que cruzan la frontera a diario, hambrientos, sin protección, sin esperanza.

 

Por: Redacción Miami Diario

Kennedy estaba casi sorprendida por la Casa de Paso ‘Divina Providencia’, donde el padre del lugar José David Caña la recibió  a las once de la mañana,  no permitió cámaras de video que mostrarán al mundo el encuentro y anunció el trabajo del Comité Internacional de Rescate (IRC) una fundación dedicada a la atención de crisis humanitarias, como Yemen, El Salvador y Venezuela.

 

Allí estuvo con el padre Caña repartiendo el almuerzo y acompañando a los refugiados venezolanos. Vienen con lo poco que han logrado salvar de la catástrofe que casi siempre cabe en una maleta.

Condiciones dolorosas

La mayoría de los 442.462 venezolanos que cruzaron la frontera en los últimos cuatro meses se establecieron en el pueblo de La Parada. A diez minutos de Cúcuta, permanecen en condiciones dolorosas durante semanas. El hacinamiento y el robo sin pistola están a la orden del día. Tan es así que puede haber cincuenta venezolanos compartiendo una habitación y rentándola a 3,000 pesos por cabeza. Según relatan para orinar en esos lugares, los dueños pagan 500 pesos. Si tiene que desocupar el sitio, el cargo es de 2 mil pesos. Incluso si usted quiere dormir en el banco de sueño del corregimiento, se le cobrará mil pesos.

Una buena parte de los venezolanos en La Parada optan por dormir en la calle, ante las asfixiantes condiciones económicas para pernoctar bajo techo.

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Todas estas situaciones determinaron que a solo un kilómetro del puente Simón Bolívar, desde principios de 2017, la Casa de la Divina Providencia  fundada por el sacerdote José David Caña Peres se convirtiese en un refugio para los migrantes.

El padre Caña nació en Gamarra Cesar hace 42 años, una buena parte de su vida en Venezuela la vivió cuando sus padres estaban en Caracas, en los años noventa  como muchos otros colombianos, en busca de una mejor vida. Desde ese momento, recuerda cuando los venezolanos tiraron la cazuela de pescado a la basura y solo se comieron el pecho. Una situación contraria a la crisis humanitaria que se ha generado hoy para los venezolanos. el apoyo y la ayuda de Caroline Kennedy ha sido muy bien recibida.

Todos los días sirve a 1.500 venezolanos que, con derecho a voto, han convertido a la Divina Providencia en un hogar obligatorio. El padre, en su pequeña cocina en un patio, tiene 50 personas, casi todos voluntarios, preparando el almuerzo para los venezolanos. El almuerzo es a menudo santandereano y todos están de acuerdo en que la casa huele a madera quemada, un olor a hogar que espanta las dificultades que los venezolanos viven en medio de su tragedia.

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Su trabajo le valió el Premio al Portafolio en diciembre de 2018 y llamó la atención de Caroline Kennedy, la principal política del Partido Demócrata y la única hija viva de John Fitzgerald Kennedy, presidente de Estados Unidos asesinado en noviembre de 1963.

Durante cuatro años  Caroline Kennedy fue embajadora del gobierno de Barack Obama en Japón. El año pasado regresó a su país para realizar causas humanitarias en las que poblaciones menos protegidas viven en el centro de atención debido a conflictos internos.

Con información de ELPORTAL 24

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