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Turismo para ricos: lo que esconden las visitas submarinas al Titanic

El recorrido es un lujo que pocos pueden pagar.

Por Fiorella Tagliafico
Turismo para ricos: lo que esconden las visitas submarinas al Titanic
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Hablar del Titanic genera incertidumbre, tristeza, fascinación, intriga, entre otros sentimientos. No se trata solo de las ruinas de un barco, sino de más de 1500 personas fallecidas que dejó su hundimiento en 1912. 

Muchas personas en el mundo sienten el deseo de bajar hasta las profundidades del océano para observar lo que quedó de esta colosal estructura. Sin embargo, pocos lo han podido hacer por una sencilla razón: es muy costoso.

Quienes sí han realizado estas expediciones, y han regresado para contarlo, narran la soledad que se siente estando a una profundidad de 12,467 pies bajo la superficie del mar.

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Luego de la película, con el nombre del barco, protagonizada por Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, aumentaron las visitas submarinas hasta el Titanic. La empresa OceanGate ha realizado varios tours para quienes lo puedan pagar.  

El más reciente lo hicieron con el sumergible Titán, el cual al momento de redactar esta nota se encuentra desaparecido en el Atlántico desde el 18 de junio. Este es uno de los riesgos del temerario plan turístico para millonarios. 

Un negocio lucrativo y peligroso

OceanGate llevaba meses promocionando la tercera travesía a través de su página web y en publicaciones de Facebook. Ofrecían la oportunidad de seguir los pasos de Jacques Cousteau y convertirse en un explorador submarino. 

En el sumergible viajaban cinco personas: un tripulante y cuatro pasajeros. Dos horas después de haber salido desde San Juan de Terranova, en Canadá, se perdió el contacto con el artefacto. 

Minisubmarino Titán. Foto: OceanGate

La compañía realiza viajes como este con las siguientes características: ocho días y siete noches dentro del sumergible para visitar los restos del Titanic, con un precio aproximado de 250.000 dólares por persona.  

Algunos turistas son capaces de pagar esta cifra con tal de descender en minisubmarinos hasta el transatlántico. Quienes ya lo han hecho han dejado placas y flores que recuerden su breve paso por el lugar. 

En 1985, la empresa Titanic Ventures logró recolectar 1.800 objetos de los restos del barco. Las imágenes de valiosas joyas y piezas ornamentales de la embarcación y otros restos de los ocupantes despertaron la curiosidad de millones de personas alrededor del mundo. 

Testimonios 

Mike Reiss, guionista de televisión visitó los restos del Titanic en el mismo sumergible el año pasado, declaró a la BBC que la experiencia fue desorientadora. 

Agregó que antes de zarpar hay que firmar un documento donde en la primera página se menciona la muerte tres veces. 

Un chef, un actor, un videógrafo y un directivo bancario han vivido la experiencia de observar el Titanic.

Restos del Titanic en las profundidades del océano. Foto: OceanGate

“¡Mi sueño de toda la vida de ver el Titanic se ha hecho realidad!”, escribió Chelsea Kellogg, una chef, en un post de Instagram. 

Otros participantes de las expediciones de OceanGate elogiaron la experiencia en un video que la empresa publicó en YouTube en octubre. 

“Es un acontecimiento extraordinario en mi vida”, dice una persona. 

Stockton Rush, fundador de OceanGate, explicó al sitio web de viajes Frommer’s en 2020 que aproximadamente la mitad de sus clientes son viajeros ricos atraídos por otras formas de turismo para las que hace falta un gran presupuesto. 

Por su parte, el actor mexicano Alan Estrada también realizó la expedición al Titanic con la misma empresa. A pesar de que disfrutó el tour, explicó que ese submarino solo se puede abrir desde afuera por parte del personal de la compañía y eso aterra.

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