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Condenan a mujer por intentar contrabandear 1.000 cactus

Después de intentar introducir ilegalmente desde China casi 1.000 plantas suculentas y cactus, entre las que que se incluían especies en peligro de extinción, una mujer de Auckland (Nueva Zelanda) fue condenada esta semana a 12 meses de supervisión intensiva y 100 horas de trabajo comunitario, reportó rt La mujer responde al nombre de Wenqing […]

Por Allan Brito
Condenan a mujer por intentar contrabandear 1.000 cactus
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Después de intentar introducir ilegalmente desde China casi 1.000 plantas suculentas y cactus, entre las que que se incluían especies en peligro de extinción, una mujer de Auckland (Nueva Zelanda) fue condenada esta semana a 12 meses de supervisión intensiva y 100 horas de trabajo comunitario, reportó rt

La mujer responde al nombre de Wenqing Li y tiene 38 años. Se pudo conocer que se dedica a comerciar con ese tipo de plantas en la plataforma TradeMe, se ató al cuerpo medias que contenían 947 suculentas y cactus por valor de más de 10.000 dólares neozelandeses (7.194 dólares estadounidenses) e intentó pasarlas de contrabando a Nueva Zelanda en marzo de 2019.

A su llegada al aeropuerto internacional de Auckland, Li llamó la atención de un perro detector e intentó deshacerse de las plantas en un aseo, pero tras una búsqueda, las autotridades descubrieron una gran cantidad de material vegetal en los baños, incluidas tres medias llenas de suculentas y cactus en un cubo de basura.

En otra ocasión, Li fue descubierta contrabandeando 142 semillas no autorizadas escondidas en su equipaje en dos fundas de iPad empaquetadas comercialmente, así como más de 200 plantas de maceta y adornos de jardín envueltos en un papel.

Simon Anderson, funcionario del Ministerio de Industrias Primarias neozelandés, destacó que la sentencia sirve como un “buen recordatorio de que cualquiera persona que realice contrabando de plantas u otras especies en peligro de extinción a Nueva Zelanda será procesado”.

Alertó que “es importante recordar que traer plantas no autorizadas al país por cualquier método, ya sea de contrabando a través de la frontera en persona o por la recepción de productos por correo, pone en riesgo la bioseguridad de Nueva Zelanda“,.

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