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Perdió un ojo en intento de suicidio y ahora está a un paso de llegar a Grandes Ligas

Una interesante historia de superación protagoniza Drew Robinson, un chico que perdió su ojo derecho en un intento de suicidio el año pasado, y ahora hizo la lista del día inaugural con la filial Triple-A de los San Francisco Giants y podría jugar en cualquier momento cuando los Sacramento River Cats abran su temporada con […]

Por Allan Brito
Perdió un ojo en intento de suicidio y ahora está a un paso de llegar a Grandes Ligas
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Una interesante historia de superación protagoniza Drew Robinson, un chico que perdió su ojo derecho en un intento de suicidio el año pasado, y ahora hizo la lista del día inaugural con la filial Triple-A de los San Francisco Giants y podría jugar en cualquier momento cuando los Sacramento River Cats abran su temporada con serie de seis juegos en su ciudad natal, Las Vegas.

Según el relato de Jeff Passan de Espn, Drew Robinson, de 29 años, firmó un contrato de ligas menores con los Giants en pleno invierno, seis meses después de que se pegó un tiro en la cabeza.

El chico después de ese incidente pasó más de 20 horas debatiendose entre la vida y la muerte, luego vino una larga época de rehabilitación , un mejoría importante a fines de la primavera en el rendimiento de Drew Robinson impulsó a los Gigantes a colocarlo a tan solo un paso del equipo con el mejor récord de la Liga Nacional.

“No sé si podré describir completamente lo emocionado que estoy por estos próximos seis juegos, pero sé que esta será otra experiencia poderosa, y estoy tan listo para ello”, dijo Robinson. ESPN el miércoles. “Nuestro juego no es hasta mañana, pero ya tuve dificultades para quedarme dormido anoche debido a lo emocionado que estoy por estos juegos y esta experiencia en general.

“Después de pasar la mayor parte de mi vida sin apreciar completamente lo que estaba sucediendo, puedo prometer que aprovecharé cada segundo de esta temporada con una nueva comprensión de lo especial que es todo esto”.

Cuatro cirugías, incluida la extirpación de su ojo dañado por una bala, estabilizaron físicamente a Drew Robinson. Reconstruirlo mentalmente fue una tarea mucho más difícil, una que continúa hoy a través de terapia regular, meditación y medicación. Es la base que le permitió a Robinson reincorporarse al deporte que le trajo alegría y dolor, y aplicar todo lo que ha aprendido para que los temores de su familia de que el béisbol lo envíe de regreso a un lugar oscuro sean infundados.

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