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Gesto de lanzador japonés le dio la vuelta al mundo: regaló dulces a su rival

El jugador checo jugó casi todo el compromiso a pesar del dolor que sentía.

Por Angel David Quintero
Gesto de lanzador japonés le dio la vuelta al mundo: regaló dulces a su rival
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La cultura japonesa suele caracterizarse por el respeto y los buenos hábitos. A pesar de los deseos de ganar, desde niños son educados para hacerlo a través de la disciplina y no con juego sucio. Estas conductas quedan evidenciada, sobre todo, en los grandes certámenes de los diferentes deportes. En el marco de un encuentro del Clásico Mundial de Béisbol llevado a cabo en Tokio, una de las cuatro sedes del evento, un lanzador japonés dejó en alto la cultura y honor de su país.

El protagonista de esta historia es la sensación del pitcheo de 21 años, Roki Sasaki, conocido por sus lanzamiento que superan a menudo las 1o0 millas por hora.

Sin embargo, en esta ocasión, tuvo un incidente desagradable, al golpear con la bola de manera accidental a su rival de República Checa, William Escala. El toletero no tuvo la menor oportunidad de protegerse ante la recta de 101 mph.

Al ser impactado en la pierna, las muestras de dolor eran evidentes. Escala se arrastró sobre sus manos y rodillas, rodó sobre su espalda y agarró su pierna izquierda mientras gritaba de dolor.

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Aunque estaba notablemente sentido, quiso continuar en el juego, hasta que lo sustituyeron en la novena entrada.

Las disculpas del japonés

A pesar de que el golpe ocurrió el día sábado, Sasaki no lo olvidó y quiso tener un bonito gesto en señal de respeto con el bateador lastimado. Y es que según la cultura japonesa, cuando un pitcher golpea a un bateador, le tiene que comprar un regalo después del juego.

El prospecto, sorprendió a Escala fuera del hotel del equipo checo en Tokio al llevar dos grandes bolsas de compras llenas de dulces japoneses.

Escala expresó su agradecimiento: “Me dio algunas golosinas, y un montón de diferentes dulces y cosas así. Y luego le pregunté si podía firmar la pelota como un recuerdo para mí. Algo que mantendré. Muy genial. Algo que atesoraré y nunca olvidaré”.

El capitán checo Petr Zyma, también impresionado por el gesto, comentó que fue un momento increíble. Para el deportista europeo, la cultura japonesa es increíble y no los deja de sorprender, cada día más. En especial, valoró que el japonés tomará de su tiempo, dos días después del incidente, para llegar hasta donde estaban los checos y disculparse personalmente con su colega. Asimismo, señaló que el nipón también les llevó algunos dulces al resto de los integrantes del equipo. “Fue una gran señal de respeto”.

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