“La Sociedad de la Nieve” en Netflix: qué es ficción y qué es realidad

En la vida real pasan cosas que bien podrían ser el tema central de una película y de hecho, muchas veces termina siendo así. De allí viene una frase que asegura que “la realidad supera a la ficción”, tal como la historia de la tragedia de Los Andes, ocurrida el 13 de octubre de 1972.

Un vuelo de la Fuerza Aérea Uruguaya despegó en Montevideo con destino a Santiago de Chile, llevando a 19 miembros del equipo de rugby nacional, 20 familiares y amigos, una mujer que tomó un asiento a última hora y 5 miembros de la tripulación. El viaje se cortó cuando chocaron contra un glaciar en la cordillera de Los Andes. Desde ese punto comenzó la historia de supervivencia más impactante de la historia reciente.

Tras 72 días solo 16 hombres lograron la hazaña casi irreal de sobrevivir en el helado Valle de las Lágrimas argentino, a trece mil pies sobre el nivel del mar. Ahora esta temible realidad se transformó en una película llamada “La Sociedad de la Nieve“, dirigida por J.A. Bayona.

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La historia narra la desgarradora realidad de este grupo de jóvenes que hicieron todo lo que estuvo en sus manos, incluso comerse a sus compañeros, para salir vivos del infierno en la nieve.

El film ya está disponible a través de la plataforma de streaming, Netflix. Desde su estreno el pasado 4 de enero no ha dejado de generar impresión, comentarios y opiniones. Es por eso que hoy queremos contarte un poco sobre las diferencias y semejanzas de la historia cinematográfica con el accidente de la vida real.

¿Qué tan precisos son los hechos en la película?

Entre los halagos que han hecho los críticos sobre la película, está el impecable trabajo de investigación que hizo el equipo. Incluso, dicen que pareciera hecha por alguien que logró viajar en el tiempo para captar cada detalle de los 72 días más críticos en la vida de los sobrevivientes.

Familiares de las víctimas afirmaron que la película les abrió los ojos en muchos aspectos que desconocían. Sin embargo, por ser un largometraje, es imposible que recree cada una de las circunstancias a la perfección, pero sí que lo intenta.

Veamos entonces algunos aspectos en donde la realidad se plasma tal cual ocurrió u otras escena donde se omitió información.

La mujer que se subió a última hora

El día del vuelo, una mujer de 43 años identificada como Graciela Augusto de Mariani estaba en el aeropuerto ya que debía viajar a Chile para la boda de su hija. Sin embargo, decidió subir a la aeronave con el equipo de Rugby porque el precio del boleto era más conveniente.

La mujer quedó gravemente lesionada en sus piernas luego del impacto y fue una de las pasajeras que falleció durante la primera jornada. Junto a ella también quedaron sin vida la madre de Nando Parrado, el Dr. Nicola, médico del equipo y su esposa.

En los diálogos del film no se menciona el nombre de Graciela en ningún momento, pero sí aparece entre los pasajeros durante las escenas internas del avión. El personaje fue interpretado por la actriz Tea Alberti. En las escenas posteriores al accidente se le puede ver emitiendo gritos de dolor, que fue lo que ocurrió realmente según el relato de los sobrevivientes.

¿Qué causó el accidente en la nieve?

La investigación sobre el caso demostró que fue un error humano el que causó la tragedia y en la película queda claro. Especialmente por la escena en la que el copiloto Dante Lagurara lamenta lo ocurrido. El hombre le asegura a uno de los sobrevivientes que “pasaron Curicó”, pero no era cierto.

Narraciones de los testigos y libros publicados sobre el caso indicaron que tras despegar en Montevideo, el avión se vio obligado a aterrizar en Mendoza (Argentina) por el mal tiempo. Este detalle no fue incluido en la película porque no aportaba “calidad narrativa”.

A pesar de los fuertes vientos, el avión despegó al día siguiente, pero ascender a la altitud necesaria para sobrevolar directamente la cordillera de los Andes. Por esa razón los pilotos optaron por una ruta en forma de U en la que pudieron volar más bajo a través de un paso de montaña, pero terminaron chocando contra ella.

En este fragmento Bayona logra plasmar la realidad de manera impactante. El terror que mostró en los ojos de los pasajeros mientras veían por la ventana lo que estaba por ocurrir toca la fibra del más valiente.

Nando Parrado y su hermana

La película muestra la realidad de Fernando Parrado, quien estaba a bordo del avión con su hermana Susana. El impacto del accidente dejó al joven en coma o inconsciente durante tres días completos. Pocos días después de despertar, la mujer falleció.

Nando se convirtió en uno de los héroes de la historia. Tal como lo refleja el film, siempre estuvo convencido de que la única manera de salvarse era caminar por la montaña. Al ser blanco el fuselaje del avión, los rescatistas no podían verlos aún haciendo el mayor esfuerzo.

La búsqueda de los sobrevivientes del vuelo fue suspendida al no hallar ninguna evidencia de vida. Los pasajeros sufrieron un nuevo golpe a la moral cuando escucharon esta noticia en una emisora de radio chilena de la que obtuvieron señal con una antena improvisada.

Comerse los cuerpos de las víctimas para sobrevivir

La tragedia de Los Andes es un tema que cada cierto tiempo sale a colación. Uno de los aspectos más llamativos fue el hecho de que los pasajeros vivos decidieron comerse los cuerpos de las víctimas mortales.

Este tema se abordó en la producción de Bayona con total fidelidad, tal como narraron los supervivientes en el libro de Vierci sobre el caso. Con el pasar de los días, lo que parecía una idea siniestra, por tratarse de familiares y amigos, comenzó a tener sentido.

En el film se ve cómo los personajes no son capaces de poner la idea en palabras, luego el coraje para mencionar esta posibilidad y el miedo de aceptarla. Comerse a sus amigos era una situación más trágica que el mismo accidente, pero era la única opción para resistir.

Si bien en el avión había algunos alimentos como galletas, mejillones, chocolate y botellas de vino, estos se acabaron a los ocho días. Poco a poco, con algunas negativas, pudor y recelo, fueron planteándose la idea, hasta que debieron asumir que si querían seguir vivos debían hacerlo.

La noticia de la suspensión de la búsqueda los impulsó aún más. Cortaron los cuerpos con un trozo de cristal, con bastante dificultad por el estado de congelación.

Al principio solo ingirieron la carne y la piel, pero luego se comieron también los huesos y los órganos vitales. Sin embargo, la cinta no muestra de forma tan explícita esta desgarradora verdad.

Numa Turcatti, protagonista y narrador de la historia, fue de los que se negó hasta su muerte a comer carne humana. Algunos reportes aseguran que en algún momento tuvo que hacerlo, incluso obligado por sus familiares. Sin embargo, su negativa contribuyó a su debilitamiento y posterior muerte, producto de una infección.

¿Por qué Turcatti es el narrador de la historia?

Una frase melancólica habría sido la causante de que el director tomara a Numa Turcatti como protagonista y narrador de esta dramática historia. Información del accidente indicó que este joven de 25 años no pertenecía al equipo de rugby, ni conocía al resto de los pasajeros. Solo fue invitado por Pancho Delgado, uno de los sobrevivientes.

Sin embargo, tomó un importante rol convenciendo a sus compañeros de salir en busca de ayuda. Cuando habían pasado 60 días del accidente, Numa falleció y generó un ambiente de derrota en el grupo, que ya había creado una sociedad.

“No hay amor más grande que aquel que da la vida por los amigos”, decía una escritura hallada en la mano de Turcatti al momento de su muerte. Este fue el detonante final para que Roberto Canessa, Nando Parrado y Antonio Vizintín emprendieran camino con rumbo a Chile.

Aún con un panorama desolador de lo que parecían ser interminables montañas de nieve, siguieron con su misión. Lo que no muestra la película, es que en la cima de ese bosque nevado, Canessa y Parrado se prometieron amistad para siempre, “por más empinada que sea la curva”.

Un rescate en la nieve que parecía imposible

Finalmente y gracias a la temeraria expedición de los tres sobrevivientes, consiguieron la ayuda del arriero Sergio Catalán. En una nota atada a una piedra Parrado escribió un mensaje.

“Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedaron 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar arriba? Por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?”, decía.

El 21 de diciembre, el hombre buscó ayuda y al día siguiente un grupo de helicópteros con rescatistas chilenos partieron al glaciar de las lágrimas. Al llegar vieron a 14 personas sentadas en el fuselaje del avión de la Fuerza Aérea, rodeados de muerte y devastación.

Ese día seis personas fueron sacadas del inmenso manto de nieve y otras ocho debieron esperar hasta la siguiente jornada, para así ponerle fin a esta desgarradora historia de supervivencia, que sigue causando conmoción y expectativa en las nuevas generaciones.