Opinión

  María del Carmen Taborcía: La última bestia

El cerebro es lo que somos, es nuestra historia, nuestra memoria, nuestras decisiones, nuestras conductas. Lo que somos no es solo genética sino también ambiente; las conexiones que se forman dentro del cerebro gracias a la interacción de ambos factores, nos moldean. El cerebro, según numerosos estudiosos, es el objeto más complejo de los universos […]

Por Allan Brito
  María del Carmen Taborcía: La última bestia
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El cerebro es lo que somos, es nuestra historia, nuestra memoria, nuestras decisiones, nuestras conductas. Lo que somos no es solo genética sino también ambiente; las conexiones que se forman dentro del cerebro gracias a la interacción de ambos factores, nos moldean. El cerebro, según numerosos estudiosos, es el objeto más complejo de los universos conocidos.

Por María del Carmen Taborcía

En los últimos años ha crecido enormemente tanto la neurociencia como su divulgación. La neurociencia es la disciplina que estudia la estructura, la función, el desarrollo, la química, la farmacología y la patología del sistema nervioso.

El estudio biológico del cerebro es un área multidisciplinar que involucra muchos niveles de estudio: el molecular, el celular (neuronas individuales), los circuitos locales, las unidades neuronales como las columnas corticales, las áreas funcionales (por ejemplo las de la percepción visual), los sistemas (por ejemplo el córtex cerebral o el cerebelo) e incluso el sistema nervioso completo.

Se ha estimado que el cerebro humano contiene 80 mil millones de neuronas, de las cuales cerca de 10 mil millones son células piramidales corticales. Estas células transmiten las señales a través de 1000 billones de conexiones sinápticas.

El cerebro controla y regula las acciones y reacciones del cuerpo. Recibe continuamente información sensorial, analiza rápidamente estos datos y luego responde, controlando las acciones y funciones corporales.

El neocórtex es el centro del pensamiento de orden superior, del aprendizaje y de la memoria. El cerebro y el cerebelo trabajan en conjunto, pues el primero envía señales, mientras que el cerebelo hace que este movimiento sea coordinado.

Mediante una nueva técnica de exploración que mide el flujo sanguíneo, los científicos pueden saber si el cerebro está imaginándose un rostro o un lugar. Pueden inutilizar un gen y evitar que un ratón aprenda, o insertar copias adicionales y hacer que aprenda mejor. Pueden ver las encogidas arrugas que permiten a un asesino matar sin tener conciencia y las arrugas súper desarrolladas que permiten a un sabio deducir los secretos del universo. Pero se sigue sin tener ni la más remota idea de cómo el cerebro representa el contenido de nuestros pensamientos y sentimientos.

¿Hasta dónde llegarán estas investigaciones? ¿Encontrarán alguna vez, los que ya están buscando, las maneras de controlar el pensamiento humano? ¿Explorarán los neurólogos nuestros cerebros y duplicarán el conjunto de conexiones en un microprocesador de silíceo, proporcionando a nuestras mentes la vida eterna?

Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) médico español, expresó: “el cerebro es un mundo que consta de numerosos continentes inexplorados y grandes extensiones de territorio desconocido”.

María del Carmen Taborcía es abogada y escritora  argentina, con estudios en comercio exterior y mediación. Ha sido docente universitaria y conductora y moderadora de programas radiales en su natal Buenos Aires. Es la autora de Poesía en los Tilos entre otros libros.

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