Florida, Venezuela

ExJefe de Casa Militar de Venezuela: Las Fuerzas Armadas nuestras están destruidas

El Vicealmirante Mario Iván Carratú Molina, quien fuera jefe de la Casa Militar durante el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez en la presidencia de Venezuela, afirma que tiene sus canales de comunicación con las actuales fuerzas armadas y vaticina un desenlace que pasa por un gran acuerdo nacional para reencauzar al país. Por Redacción […]

Por Allan Brito
ExJefe de Casa Militar de Venezuela: Las Fuerzas Armadas nuestras están destruidas
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El Vicealmirante Mario Iván Carratú Molina, quien fuera jefe de la Casa Militar durante el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez en la presidencia de Venezuela, afirma que tiene sus canales de comunicación con las actuales fuerzas armadas y vaticina un desenlace que pasa por un gran acuerdo nacional para reencauzar al país.

Por Redacción MiamiDiario

“Las Fuerzas Armadas nuestras están destruidas, nosotros no tenemos capacidad de defensa, no tenemos defensa interior, que es lo que tiene que preocupar al ciudadano, porque la defensa es la defensa militar, pero la defensa interior es el aporte de las Fuerzas Armadas al control interno a través del poder civil que es el presidente.

Para Caratú eso no existe, Chávez lo acabó, “la institución es una guardia pretoriana del gobierno, una guardia represiva, corrompida porque el gobierno es corrupto, una mafia de bandidos en el poder y ahí todo el mundo se cuadra”.

A su juicio si el militar percibe que la sociedad está organizada y que hay una componente ético en la dirección de esa sociedad el militar cambia mentalmente y se orienta, por supuesto que hacen falta otras variables que manejar pero sobre todo que el militar perciba que hay un cambio ético en quienes dirigen o van a dirigir el país.

“Eso no se ve, nadie lo ve. En las fuerzas armadas están viendo que vamos a un conflicto interno, a una revuelta, a una expresión civil espontánea por hambre, porque ya la ideología bajó de aquí (se señala la cabeza) al estómago. Ellos están viendo que viene un problema nacional inmanejable y vamos al caos, en el caos el militar tiene la obligación de intervenir, para bien o para mal”.

Viene una ruptura

A juicio del almirante que tuviese bajo su responsabilidad salvaguardar la vida de Carlos Andrés Pérez durante las asonadas golpistas del 92 en Venezuela, los militares del país caribeño saben que viene un problema y están tratando de que no se presente porque le va a caer en las piernas, la ecuación en Venezuela pasa por lo militar, pero resulta que ellos no quieren ser parte de la ecuación, “sin embargo van a caer en eso y no están preparados”.

“¿Qué veo? Viene una ruptura en Venezuela, por fuerza, en la cual podríamos perder territorio, ya estamos perdiendo la Guayana Esequiba y podemos perder el Golfo de Venezuela, que son las ambiciones de Colombia”, afirma.

Está convencido de que la casta política-castrense que ha creado Diosdado y Maduro va para fuera. Aspira a que el ciudadano tenga confianza de lo que va a hacer el mundo militar,

“Tenemos que raspar, limpiar todo en el momento que corresponda, no empezando pero en la medida que se desarrolle tendremos que ir purgando la institución militar, traer militares viejos, retirados, incorporarlos, dos, tres años, cuatro años y después que se vayan, pero que ayuden a reconstruir, y rescatar a la institución”.

Carratú opina que tiene que ser un borrón y cuenta nueva en las fuerzas armadas. “Hay que restructurarlas. El militar tiene que aprender a respetar al ciudadano y a trabajar para los ciudadanos, porque a nosotros nunca nos formaron así, yo nunca recibimos una clase de Derechos Humanos, nunca”.

Sostiene que de ha ha llegado a un punto en el cual el pueblo no cree en las instituciones, ni en los funcionarios públicos, “eso hay que reconstruirlo”.

“Tú construyes con nueva gente, con nuevas caras, con una manera diferente de hacer política, de gobernar, tú no puedes seguir gobernando con las élites, tienes que darle cara social al gobierno”, apunta.

Para Carratú Molina el país está transitando una convergencia de crisis, que no es solamente por Maduro, ni por la presencia cubana en Venezuela, ni  por la pérdida de la soberanía. “La crisis nuestra está en la esencia del venezolano, en la manera de ser, de conducirse”.

Hay que reconstruir

Quien fuera testigo de los intentos desetabilizadores de la democracia venezolana, que tuvieron entre sus protagonistas a quienes hoy bajo el chavismo dirijen al país caribeño considera que esto “nos obliga a no ver hacia atrás, a ver hacia adelante para construir un nuevo camino, que tiene que ser la concordia, el respeto mutuo, las oportunidades a quien se las merece y darle un contenido social, no social político, sino social ciudadano a la gestión de gobierno”.

Es de la opinión de que mientras que en el país no se hagan esos cambios la estructura militar seguirá siendo el aparato represivo de los gobiernos como ocurrió en el pasado y en éste. “De no haber construcción de democracia, ni de valores éticos, ni de valores ciudadanos, no hay en el mundo ningún gobierno que pueda sostenerse en el tiempo”.

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Protestas en Caracas/EFE

Evitar desviaciones

Queda de los venezolanos reconstruir el país. “Venezuela no se va a perder, el territorio siempre estará ahí, lo que va a ser diferente son las clases sociales, los hombres y las mujeres y la juventud, los nuevos hombres del país, eso hay que cuidarlo”.

Carratú Molina es de quienen cree que urge un cambio de actitudes en los venezolanos para que pueda resurgir. “Esto no depende de un líder, de un mesías, de un chamo, de un viejo, de un equipo de políticos, etcétera, no”.

Sostiene que los militares tienen que regresar a los cuarteles. “Tienen que revisar lo que son, muchos tendrán que salir del juego y bajo el control civil”.

Para el almirante los venezolanos tienen que cuidar que las Fuerzas Armadas no se desvíen (ni sean desviadas por intereses) en actividades que no le corresponden.

Una de las críticas que tiene es que en el pasado el militar era el caballito de batalla de todos los caprichos de los políticos, “el cachifo de los políticos”.

“Las fuerzas armadas tienen que ser restructuradas total y absolutamente en el concepto político de la institución militar. El militar no es que sea apolítico, el militar tiene que ser apartidista y  no puede trabajar para un presidente, trabaja para el estado, para la nación. Cuando el militar trabaja para un presidente deja de ser profesional”.

Así comenzó la destrucción

Como testigo de excepción de los inicios del chavismo desde su germen golpista, el exjefe de la Casa Militar del Presidente Pérez sostiene que la destrucción  comenzó con la conspiración contra el último mandatario venezolano de Acción Democrática.

“La gente que estuvo en el poder no construyó instituciones, las destruyó, y al destruirlas estaba destruyendo todo. Chávez lo que hizo fue sentarse en los escombros de lo que era la institución venezolana que ya todos habíamos ido destruyendo por intereses, grupos de poder, abusos excesivos, bipartidismo”.

Para Carratú desde el 45, Venezuela soportó, y soportó hasta que cayó, “por eso es que tiene que ser reconstruida con nuevos hombres y nueva orientación política, con vocación ciudadana. En Venezuela no hay ciudadanos, hay residentes, oportunistas, vejados, desplazados, ignorados, pero ciudadanos, no. Necesitamos ciudadanos”.

“Chávez fue un comején, acabó con lo que estaba, con lo que habían ido destruyendo toda la gente que estaba pasando factura desde 1945, empezando por Uslar Pietri”, apunta.

Sin Estado

“Y por eso estamos en esto. En ese tiempo el bipartidismo desplazó al estado- afirma-. El Estado era una figura tenue que flotaba sobre la cabeza de todos nosotros. Tú buscabas de ver al Estado y no lo conseguías, conseguías a un partido, una figura pública, un general, un jurista famoso, pero el Estado: No.  Fue desplazado por las corrientes políticas y los intereses, el bueno era sacado, estaban construyendo una institucionalidad de bahareque”.

“Pero- agrega- cuando tú ocupas espacio y desplazas la institución, desplazas la estructura de Estado, tú estás derrumbando el Estado, estás derrumbando la estructura política de la Nación y eso no se puede tocar, es como si tú tocas las bases de un edificio. ¡Se te cae el edificio!

Revela el militar retirado que su respeto por el ya fallecido presidente Pérez, no está exento de reconocer los errores que aquel cometió. “El presidente Pérez era un hombre muy particular y yo pasé de rechazarlo en el año 1990, cuando me llamó, a admirarlo antes de su muerte”.

Dice que Carlos Andrés Pérez reconoció sus propios errores, especialmente cuando ya estaba exiliado en Miami.”Él nunca se quitó la espina de que no lo tumbaron los militares, lo tumban los políticos y empresarios a quienes él ayudó a construir fortuna y riqueza, en quienes él creyó que estaba ayudándolos para hacer un mejor país. Esas mismas personas fueron los que lo tumbaron y acabaron con Venezuela”.

La conjura

En Venezuela el presidente es líder del poder ejecutivo, Presidente de la república y comandante en jefe. “Los presidentes confunden eso y creen que es uno solo, y  que manejar la institución militar es una pelota de fútbol… pero con espinas. Si le das mal te la clavas, no saben manejarla porque no conocen el pensamiento militar”.

Dice que el 4 de febrero no lo agarró por sorpresa. “Se sabía. Los generales y comandantes militares sabían que había una conspiración y estaban conspirando con empresarios, con los copeyanos, con los adecos y con los dueños de los medios de comunicación”.

Y dispara. “Yo le llevaba plata a muchos dueños de periódicos del interior. Yo se los llevaba, paquetes de billetes.¿Uno de ellos? Esteban Pineda, el de Panorama, jalabola de Pérez, metido en Miraflores todo el tiempo, chismeándole al presidente Pérez. Después el carajo se hizo chavista. ¿Entonces?”.

Sobre la conjura es tajante. “Cabronería de las policías, cabronería del Mando Militar, cabronería de los medios de comunicación, todos estaban complicados, pudo más el deseo de tumbar a Pérez y no se daban cuenta que estaban acabando con el único líder político que había, ¡No había más!”.

Retrato del día después del 4F

Carratú es caústico cuando retrata el escenario de la Venezuela posterior al intento de golpe de estado de Hugo Chávez el 4 de febrero de 1992.

“En la mañana, las elites políticas venezolanas van a Miraflores a pedir perdón por Chávez. A que lo suelten. La Iglesia Católica, los adecos, los copeyanos, los empresarios, los medios de comunicación, excepto Caldera que no fue. Todos fueron a pedir por Chávez, inclusive el ministro (de la Defensa) Ochoa.

En el Palacio se habían metido conspiradores en todos lados, había policías, edecanes complicados, de toda vaina, ese blindado que aparece entrando al Palacio Blanco fue filmado por el general Müller Rojas (luego miembro destacado del chavismo) y un Azpúrua cineasta.

Ellos sabían la vaina, y fueron a hacer esa toma que fue preparada por ellos para ponerla a rodar de inmediato, y el primero que lo tira al aire es Marcel Granier por Radio Caracas Televisión al mundo, ¿entonces mi hermano?.

Fueron horas que se convirtieron en días, y estos en semanas, y estas en meses, cuando el vértigo era cotidiano.

A Uslar Pietri (reputado intelectual y escritor venezolano) lo mandaron a allanar y vino Beatrice Rangel: “No lo allanen yo me encargo de eso”. Se sabía que la conspiración era en la casa de Uslar Pietri, con Burelli Rivas (Político independiente), con Vivas Terán (dirigente de Copei), Mario Moronta (obispo de la Iglesia Católica); también se reunían en una casa entre Prados del Este y Cumbres de Curumo, en la casa de Contreras Laguado (exministro del también presidente de AD en Venezuela, Jaime Lusinchi).

Estoy diciendo las vainas que son, como yo las viví, yo no digo mentiras, ni hablo mal de nadie tampoco, lo que te cuento es lo que viví”.

Para finalizar sentencia: “El gobernar es una vaina muy grande y por eso es que yo dudo que María Corina, Henrique, logren gobernar a Venezuela en estas circunstancias, nosotros con esos carajos vamos a un barranco más grande.”

Con información de la entrevista de Alfredo Cedeño

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